Las lombrices son una parte muy importante del proceso de fertilidad de la tierra. Son numerosos los efectos favorables de su actividad en el suelo. Digieren la materia orgánica devolviéndola de forma completamente descompuesta, ayudan a diluir ciertos minerales transformándolos en componentes orgánicos y enriquecen las capas superiores de la tierra mezclándola con sustancias procedentes del subsuelo.
Las secreciones procedentes de los excrementos resultantes de la descomposición de materia orgánica y tierra por parte de las lombrices contienen una gran proporción de enzimas, bacterias y sustancias activadoras de la vida del suelo.
El humus es el principal elemento de fertilidad de la tierra y de la nutrición de las plantas. Una tierra rica en humus tiene mejor estructura y una mayor capacidad de retención de elementos minerales solubles. Contiene prácticamente todas las sustancias y elementos minerales directamente asimilables por la planta.
Esto es debido a la formación de una tierra grumosa y esponjosa denominada complejo arcillo-húmico. El complejo arcillo-húmico permite la formación de agregados y coloides, aumentando la porosidad del suelo, lo que facilita la aireación y la retención de agua y de elementos minerales. Las moléculas húmicas están cargadas negativamente mientras que los elementos minerales como fósforo, potasio, magnesio, calcio etc. están cagados positivamente y quedarán adheridas al complejo evitando así que se pierdan por lixiviación.
Este humus tiene una parte activa que es directamente aprovechable por la planta y una parte importante de humus estable que supone una fuente de reservas que va liberando lentamente las partículas minerales adheridas.
Para la realización del humus de lombriz se emplea la lombriz roja californiana (Eisenita Foétida) por su gran voracidad y por su capacidad de digerir materia orgánica en sus primeras fases de descomposición, por lo que la tierra resultante de su trabajo es de una calidad excelente y muy beneficiosa.
El humus de lombriz es un producto con un futuro prometedor tanto en agricultura ecológica como convencional, no solo porque supone un excelente abono para el cultivo, sino porque es ideal para la reestructuración de suelos compactados y pobres en materia orgánica.
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