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La huella de carbono en la agricultura

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La huella de carbono en la agricultura

La producción agrícola, como toda actividad, genera una serie de impactos en su entorno. Dichos impactos pueden ser positivos o negativos. Como positivo podemos destacar que se trata de un motor de desarrollo en zonas rurales desde el punto de vista económico y social. Entre los impactos negativos encontramos el consumo de recursos como agua, combustibles, etc.

 

Los impactos negativos se pueden reducir, eliminar o compensar mediante diversas acciones como:

 

  • Control biológico de plagas.
  • Aplicación de técnicas de economía circular, esto permite regenerar y mejorar las propiedades del suelo, permitiendo que se recupere tras cada temporada de cultivo.
  • Empleo de la agricultura de precisión en cuanto al manejo de agua fertilización de suelos, mediante el uso de sensores de temperatura, humedad y conductividad, imágenes satélites, monitoreo con drones…
  • Aprovechamiento de la energía solar a través de los invernaderos solares, con lo que reduciendo el uso de otros tipos de energía.
  • Fomentar el consumo de productos de proximidad con lo que reduciremos el impacto del transporte de larga distancia.

Todas estas acciones contribuyen a la reducción de la huella de carbono de la producción hortofrutícola.

 

¿Qué es la huella de carbono?

 

La huella de carbono se define como el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, actividades o procesos, medida en términos de CO2 equivalente. En definitiva, se trata de un indicador que permite medir el impacto de una actividad o proceso sobre el cambio climático.

 

A la hora de realizar la medida de las emisiones se distinguen 2 tipos:

 

-          Emisiones directas: aquellas que provienen de fuentes que son propiedad o son controladas por la empresa productora, como el consumo de combustibles, electricidad, etc.

-          Emisiones indirectas: aquellas que no están controladas por la empresa, como viajes por motivos de trabajo, transporte de insumos, generación y trasporte de residuos, entre otros.

 

La realización del cálculo de la huella de carbono permite que los productores y empresas conozcan las actividades que más contribuyen a la misma, de forma que puedan actuar sobre ellas para lograr una mayor eficiencia de los procesos junto con un reducción total o parcial de las emisiones.

 

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Sara Montoya Sanchez-Camacho
30 Julio 2021

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